Escuchamos dos testimonios de vida:
Recitamos juntos:
El Señor es mi Pastor, nada me falta:
me conduce hacia fuentes tranquilas
y repara mis fuerzas;
me guía por el sendero justo.
Aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque va conmigo:
su vara y tu cayado me sosiegan.
Prepara una mesa ante mí,
que repara mis fuerzas.
Su bondad y su misericordia me acompañan
todos los días de mi vida,
y habitará en mi casa
todos los días de mi vida
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo ...