30 de abril de 2013

SHALÓM


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Del Evangelio de Juan:
"Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: Me voy y volveré a vosotros. Si me
amarais, os alegraríais de que me vaya al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado".
 Palabra de Dios
Reflexión:
Aquí, en Juan 14,27, comienza la despedida de Jesús y lo hace dejándonos un bien preciado: El don de la Paz. Jesús comunica su paz a los discípulos. La misma paz se dará después de la resurrección. Esta paz es más una expresión de manifestación del Padre, de la que Jesús había hablado antes. La paz de Jesús es la fuente de gozo que él nos comunica. Es una paz diferente a la paz que el mundo da, es diferente de la Pax Romana. Al final de aquel primero siglo la Pax Romana se mantenía por la fuerza de las armas y por la represión violenta contra los movimientos rebeldes. Esta no es la paz del Reino de Dios. La Paz que Jesús comunica es lo que en el Antiguo Testamento se llama Shalôm. Es la organización completa de toda la vida alrededor de los valores de justicia, fraternidad e igualdad.
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