El reloj de la estación, no se paró ... !
Proyectos rotos, vidas paralizadas, ilusiones perdidas, sueños sin realizar... Sufrimiento de familiares, sentimientos encontrados, dolor extremo...
Silencios cortados por las llamadas de auxilio, voluntarios que lo ofrecen todo para ayudar a pesar de la gran impotencia, despliegue de ambulancias y personal sanitario, asombro de periodistas...
El tren se salió de la vía y el reloj se paró...
Consternación, silencio que envuelve a un país, y al mundo entero, ante la catástrofe incomprensible que rompe el mañana y se paraliza en el presente.
El tren que recoge pasajeros a lo largo del recorrido sin llegar felizmente a su destino.
Despliegue de imágenes y videos en los que se encoge el corazón.
Lista de nombres de los fallecidos, gritos de dolor...
¡Se paró el reloj en la estación! -para algunos-
El presente se impone al futuro y, desde la fe que profesamos, nos unimos en oración por las víctimas de este terrible accidente.
Acoge, Dios nuestro, a los fallecidos, cuida a los heridos y da calor a las familias.
¡Unidos en oración!