23 de septiembre de 2014

GRACIAS SEÑOR POR ...

 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.  
            Debemos saber decir: GRACIAS, ser agradecidos con Dios y con todos los que nos rodean. Somos privilegiados: tenemos casi todo lo necesario y de muchas cosas, nos sobra. Dar GRACIAS por algo no cuesta nada y es una verdadera recompensa.
            “Gracias, Señor, porque me has dado la oportunidad de confiar en ti desde mi infancia. Gracias porque, a veces me he sentido triste de no poderte ver caminar por la tierra, y de repente te has presentado vivo para llenarme de amor.
  
          Gracias porque mi corazón contigo se siente seguro, sin caminos ni brújulas..., porque te he encontrado en cada uno de los acontecimientos de mi vida, personas y circunstancias.
            Gracias, Señor, porque yo buscaba un maestro, un guía, un amor y Tú me dijiste: Yo mismo te instruiré y te enseñaré el camino que has de seguir.
            Gracias porque yo te había pedido ayuda, seguir tus mandatos, caminar por tus sendas, tener amigos con quienes poder compartir desde lo profundo mis ideales e ilusiones... y Tú me has concedido conocer el maravilloso mundo de la amistad  y el amor.
            Hoy me pregunto: ¿sabemos vivir nuestra fe con una actitud de acción de gracias? ¿hemos logrado aceptar las diferentes realidades con una fe activa y responsable?. Ese es mi deseo, Señor, hoy y siempre. Gracias. Cuento contigo”.


GRACIAS POR TODO: Muy despacio se lee lo siguiente.

Acostúmbrate a dar las gracias.
Agradece una sonrisa, un favor...
Da gracias al Señor
por tu vida, por tus amigos,
por la fe, por la naturaleza.
Pero no olvides dar las gracias
por las adversidades,
por los problemas,
por los contratiempos.
Ser agradecido
es no maldecir nunca
por un acontecimiento,
por una persona
o por una situación.
Ser agradecido
es creer que Dios nos habla

en todo momento y a cada instante
y ser capaz de recibir su mensaje.
Dar gracias por la alegría
lo hacen todos los hombres.
Agradecer la dificultad,
los problemas,
el insulto o la indiferencia
es exclusividad de los cristianos.
Por eso, acostúmbrate a dar las gracias...
Ojalá todos los días y por todas las cosas.
Y comprenderás muy pronto
el cariño de un Dios cercano,
fiel y sabio,
al que con razón decimos:
¡Padre!

SILENCIO Y REFLEXIÓN:

·      ¿Qué le puedo agradecer yo a Dios en este momento?
·      ¿Tiene algún sentido para mí decir: Gracias, en los momentos más difíciles?.
·      Respóndete a ti mismo: ¿Por qué cosas o acontecimientos positivos puedo decir Gracias de corazón? ¿y negativos?.


ORACIÓN FINAL: La recitamos juntos

Gracias Señor...

Porque me haces sensible a tus dones.
Porque me abres los ojos para ver más allá de lo que recibo.
Por las veces que me siento libre... GRACIAS.
Por las veces que no soy egoista... GRACIAS.
Por las veces que acierto verte en los hombres... GRACIAS.
Por las veces que siento perdonado mi pecado... GRACIAS
Por este día,
por el trabajo y el descanso,
por mi familia y mis amigos.
Con el sol y con la lluvia... TE DOY GRACIAS, SEÑOR.
Con las flores de los campos... TE DOY GRACIAS, SEÑOR.
Con los hombres que te alaban... TE DOY GRACIAS, SEÑOR.
Que en toda ocasión pueda decirte: GRACIAS.
En las alegrías... GRACIAS.
En el sufrimiento... GRACIAS.
En la ilusión... GRACIAS.
En la tristeza... GRACIAS.
En el triunfo... GRACIAS.
SIEMPRE... GRACIAS SEÑOR

Gloria al Padre al Hijo y al Espíritu Santo ….