23 de febrero de 2015

CUANDO SOY DÉBIL, ENTONCES SOY FUERTE

Párate, mira las fotos:
corresponden a distintos momentos de este último fin de semana. 
Lector 1
Estamos en el mes dedicado a la Vida Consagrada y la Iglesia de Ourense nos invitó hacer un alto en el camino para que compartiéramos la Alegría de habernos sentido llamados por Dios. En palabras del Papa Francisco: " ¿Qué espero en particular  de la Vida Consagrada?: Que sea siempre verdad lo que dije una vez: «Donde hay religiosos hay
alegría». Estamos llamados a experimentar y demostrar que Dios es capaz de colmar nuestros corazones y hacernos felices, ... que la auténtica fraternidad vivida en nuestras comunidades alimenta nuestra alegría; que nuestra entrega total al servicio de la Iglesia, las familias, los jóvenes, los ancianos, los pobres, nos realiza como personas y da plenitud a nuestra vida.
Que entre nosotros no se vean caras tristes, personas descontentas e insatisfechas, porque «un seguimiento triste es un triste seguimiento»."
Lector 2
Empezamos una nueva semana, en la que Dios quiere hacerte guiños;  quiere invitarte a que las palabras del Papa a los consagrados lleguen hacerse realidad también en tu vida. ¿Quién quiere rechazar la alegría? ...
Todos experimentamos en algún momento dificultades,  noches oscuras y largas, túneles en los que no vemos la luz, la decepción, la enfermedad, la pérdida de fuerzas ... Precisamente en esto deberíamos encontrar la «perfecta alegría», aprender a reconocer el rostro de Cristo,  y sentir por tanto la alegría de sabernos semejantes a él, que no ha rehusado someterse a la cruz por amor nuestro. Si aquí sabemos vivir alegres hacemos realidad las palabras que se recogen en la carta de San Pablo a los Corintios: «Cuando soy débil, entonces soy fuerte».
A continuación te presento algunas debilidades.
Lector 1
Reflexionamos sobre ellas, las reconocemos. cuales son propias mías ...
  La tristeza de no amar, de quedarte solo, encerrado en tu egolatría.
La tristeza de no compartir, llenos de cosas, pero vacío.
La tristeza de no vivir en la verdad, de no ser transparente, obligado a la mentira y la farsa.
La tristeza de no ser libre, de no poder ser tú mismo, sometido a vilezas, miedos, pasiones...
La tristeza de no crecer, de no crear, de resignarse al conformismo.
La tristeza de no alegrarse con los demás, dejándote envenenar por la envidia y la ruindad.
La tristeza de no creer, no confiar, no abrirte a otra realidad.
La tristeza de no esperar, de no soñar, del pesimismo y el desencanto, de mirar siempre hacia atrás.

tiempo de silencio para reflexionar con cuales me identifico




sería bueno que a lo largo del día busque un momento para volver a ellas y escribir cuales me son propias


Lector 2
Pedimos a María nos enseñe a ver nuestras tristezas y ayude a sentir la fortaleza para  cambiarlas en alegrías. Decimos juntos: Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es ...
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo ...