En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
En este día nos unimos en plegaria a Dios pidiendo que estos tratados sirvan para que la paz reine en el corazón de los hombres.
Decimos juntos:
En este día nos unimos en plegaria a Dios pidiendo que estos tratados sirvan para que la paz reine en el corazón de los hombres.
Decimos juntos:
Señor, tú diriges palabras de paz
a tu pueblo y a todos
los que se convierten a ti de corazón.
Te pedimos por los pueblos de la tierra.
Ayúdales a derribar las barreras
de la hostilidad y de la división
y a construir juntos un mundo
de justicia y solidaridad.
Fila 2:
Señor, tú creas cielos nuevos
y una tierra nueva.
Te encomendamos a los jóvenes
de la tierras.
En su corazón aspiran
a un futuro más luminoso;
fortalece sus decisión de ser hombres
y mujeres de paz y heraldos
de una nueva esperanza para sus pueblos.
Fila 3:
Padre, tú haces germinar
la justicia en la tierra.
Te pedimos por las autoridades civiles
para que se esfuercen por satisfacer
las justas aspiraciones de sus pueblos
y eduquen a los jóvenes
en la justicia y en la paz.
por el bien común y a respetar
la dignidad inalienable de toda persona
y los derechos fundamentales que derivan de la
imagen y semejanza del Creador
impresa en todo ser humano.
Concédeles sabiduría, clarividencia
y perseverancia;
no permitas que se desanimen
en su ardua tarea de construir
la paz duradera,
que anhelan todos los pueblos.
Fila 4:
Señor del cielo y de la tierra,
Creador de la única familia humana,
te pedimos por los seguidores
de todas las religiones.
Que busquemos tu voluntad en la oración
y en la pureza del corazón,
y te adoremos y glorifiquemos tu santo nombre.
Ayúdanos a encontrar en ti la fuerza
para superar el miedo y la desconfianza, para que
crezca la amistad y vivan juntos en armonía.
Todos:
Padre misericordioso,
que todos los creyentes encuentren
la valentía de perdonarse unos a otros,
a fin de que se curen las heridas del pasado y no
sean un pretexto
para nuevos sufrimientos en el presente.
A la Madre de Jesús,
la bienaventurada siempre Virgen María,
le encomendamos a los hombres
y a las mujeres que viven en la tierra
con deseos de Paz
Que, con un solo corazón y una sola mente,
trabajen para que todo el mundo sea
una verdadera casa para todos sus pueblos.
¡ Paz! ¡Paz! ¡Paz!
Amén.