Recitamos juntos:
Señor, mi Dios, me pongo en tus manos,
me abandono.
Consuélame en mis heridas,
anímame en mis cansancios,
envíame a los heridos y cansados
para que yo sea tu ungüento y tu fuerza
en medio del mundo necesitado.
Amén
Cantamos la canción: (proyectamos la letra)
Qué te puedo dar
que no me hayas dado Tú;
qué te puedo decir
que no me hayas dicho Tú
qué puedo hacer por ti
si yo no puedo hacer nada
si yo no puedo hacer nada
si no es por ti, mi Dios.
TODO LO QUE SÉ, TODO LO QUE SOY
TODO LO QUE TENGO ES TUYO.