Lector:
Contemplamos la fotografía y nos dejamos interpelar por los sentimientos que nos afloran.
(Tiempo de silencio y reflexión)
Lector:
En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Dijo Dios: "Haya un firmamento por en medio de las aguas, que las aparte unas de otras." (...)
Dijo Dios: "Produzca la tierra vegetación: hierbas que den semillas y árboles frutales que
den fruto, de su especie, con su semilla dentro, sobre la tierra." Y así fue. (...)
Hizo Dios los dos luceros mayores; el lucero grande para el dominio del día, y el lucero pequeño para el dominio de la noche, y las estrellas; y los puso Dios en el firmamento celeste para alumbrar sobre la tierra. (...)
Dijo Dios: "Produzca la tierra animales vivientes de cada especie: Y así fue.
(...) y vio Dios que estaba bien.
Creó, pues, Dios al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios le creó, varón y mujer los creó.Y los bendijo Dios (...)
Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien.
(Tiempo de silencio y reflexión)
Lector:
Reflexionamos sobre el regalo de la creación.
Damos gracias a Dios desde nuestro interior por el regalo de la "casa" que nos ha preparado.
Damos gracias a Dios por habernos creado a imagen de suya.
(Tiempo de silencio para que cada uno se haga consciente de la casa que Dios nos preparó. Cierro los ojos y me reflejo tal como soy; doy gracias a Dios por haberme creado tal como soy)
Pienso en mi interior que puedo hacer para que mis nietos tengan la oportunidad de disfrutar de la casa común como cada uno de nosotros podemos disfrutar.
¿A qué me comprometo?
(Tiempo de silencio y reflexión)
Recitamos juntos:
Padre Bueno,
TÚ que creaste todas las cosas
y nos diste un mundo tan hermoso.
Te pido para que los hombres
sepamos cuidar tu creación.
Que respetemos la vida
de los animales, de los bosques.
Que no abusemos de la naturaleza
ni la ensuciemos con contaminación.
Padre Bueno,
ayúdanos a conservar el planeta
para beneficio de todos.
¡Te lo pedimos, Señor!
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio ahora y siempre
por los siglos de los siglos.
Amén