Haz un momento de silencio. Ponte en una postura cómoda y respira hondo para estar en paz por dentro.
Cuando Calasanz fue Roma, descubrió que había muchos niños pobres en la calle. Eran niños y niñas como vosotros, que iban mal vestidos, sucios, tenían hambre, se aburrían y, a veces, se peleaban…
¿Y sabéis qué? Que Calasanz los veía todas las mañanas, pero pasaba de largo… Hasta que un día todo cambió. Calasanz abrió la primera escuela gratuita para que todos esos niños pudieran aprender a leer, a escribir, a rezar….
Damos gracias a Dios por la vida de Calasanz.
Cantamos muy alegres