LA ALEGRÍA DE LA VIDA CONSAGRADA

In the name of the Father, and of the Son, and of the Holy Spirit.
Lector 1:

Ayer recordábamos el testimonio de vida de un hombre, una de nuestras consagradas a Dios de hace siglos. Hoy os brindo las palabras que el Papa Francisco dirige a todos los consagrados, hombres y mujeres, que  se han consagrado a Dios:

Lector 2:

"No os repleguéis en vosotros mismos, no dejéis que las

pequeñas peleas de casa os asfixien, no quedéis prisioneros de vuestros problemas. Estos se resolverán si vais fuera a ayudar a otros a resolver sus problemas y anunciar la Buena Nueva. Encontraréis la vida dando la vida, la esperanza dando esperanza, el amor amando".

                                         FRANCISCO, Carta apostólica a todos los consagrados

Reflexión:
Releemos las palabras del Papa Francisco.

Estas palabras nos las podía dirigir a nosotros, los jóvenes de hoy; sin embargo estas palabras tan sencillas, como figura en el pie del texto, se las dirige a los consagrados, con motivo del anuncio que hace de dedicar el año 2015 a la Vida Consagrada. 

¿Quienes son los consagrados?, Hombres y mujeres a los que no se les pide grandes cosas, como dice el texto, pero sí viven convencidos de que han sido llamados a vivir con alegría el don de la vocación, y anunciar el Evangelio como expresión de un encuentro personal con Jesús; y de una vida comunitaria vivida en fraternidad, amando a los demás como amó Jesús.
Todos los días tienes la oportunidad de cruzarte con personas consagradas a Dios. Ten un recuerdo hoy aquí para las consagradas que conoces, que  viven hoy su fe entre nosotros,  y eleva una oración por ellas a Dios.

tiempo para poner nombre a los consagrados que cada uno conoce

Decimos juntos:

Aclamad al Señor

servidle con alegría

estad siempre en su presencia

Sabed que el Señor es vuestro Dios

Él os llamó y le pertenecéis

sois su "pueblo".

Visitadlo con asiduidad, hablad con Él

desahogad en Él todas vuestras preocupaciones

Él es bueno, misericordioso y

siempre permanece fiel.

Dadle gracias por vuestras vidas y

pedidle por las nuestras. Amén

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