Haz un momento de silencio. Ponte en una postura cómoda y respira hondo para estar en paz por dentro.
La Cuaresma es tiempo para desear la llegada de Jesús Resucitado. Por eso le decimos que venga, le pedimos que venga, y por eso vamos aprovechando cada día para incrementar ese deseo. ¡VEN SEÑOR, JESÚS!
Rezamos juntos:
Aquí estoy Padre Dios....
Terminamos cantando muy alegres:
Nos Despedimos:
Madre Divina Pastora, ruega por nosotros..
San Faustino , ruega por nosotros… Beata Victoria, ruega por nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.