9 de mayo de 2018

ACOMPÁÑAME

Haz un momento de silencio. Ponte en una postura cómoda y respira hondo para estar en paz por dentro.
Dios está aquí, contigo.



Querida María: 
Sé que sufriste mucho cuando viste a tu hijo Jesús clavado en la cruz , con la corona de espinas en la cabeza. 
¡Esto no se le hace a una madre! ¿Cómo aguantaste tanto sufrimiento? 
Mi mami dice que todo lo que le hagan a un hijo le duele doblemente a su mamá. Eres su ejemplo porque Tú siempre estuviste al lado de tu Hijo, en las buenas y, en las malas, al pie de la cruz.   



Juntamos nuestras manos:



Querida Madre,

Acompáñame todos los días.

Ayúdame a portarme bien y ser un buen hijo.

Ayúdame a vivir haciendo el bien, como le enseñaste a tu hijo Jesús.
Ayúdame a ser como Él y quererle con el alma y la vida.
 
AMÉN.





Rezamos juntos un Ave María


  


Cantamos:




Nos Despedimos:

Madre Divina Pastora, ruega por nosotros..
San Faustino , ruega por nosotros…
Beata Victoria, ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén