Dios está aquí, contigo.
Madrecita
que estás en el cielo
rezando por mí.
Si algún día tu hijito
no es bueno,
cógelo en tus brazos y retenlo en ti.
Por las noches,
cuando esté durmiendo,
ven junto a mi cama
ven y bésame;
con tu manto de luces y estrellas
con mucho cariño abrázame.