Un padre veía con preocupación cómo sus hijos, estaban constantemente discutiendo. Un día les llamó y les dio un haz de leña formado por ramas muy finas. Les dijo: “Demostradme lo fuertes que sois rompiendo estas ramas” Se pusieron enseguida a intentarlo sin conseguirlo, pues era un haz compacto y formado por muchas ramas. Les dijo entonces: “Es muy fácil: sólo hace falta separarlas y romper una a una. La fuerza de estas ramas reside sólo en su unión. Si vosotros estuvieseis más unidos, viviríais mejor y seríais más felices”. Los hijos comprendieron muy bien la lección.
Reflexión
Es fácil hablar de paz, de unión, de amistad...
¿Hacemos algo para conseguir que aumenten en nuestra familia, en nuestra
clase, en nuestro grupo de amigos?
¿Nos esforzamos para crear un ambiente de unión los que vivimos? Piensa
que debes contribuir a la vida de los grupos de los que formas parte porque
todos tenemos algo que los demás no tienen y que les podemos dar.
Jesús quiere que todos estemos unidos como una piña.
Le pedimos hoy que nuestros deseos de paz, unión … se hagan siempre
realidad en nuestros ambientes
Padre nuestro que estás en el
cielo ….
Gloria al Padre, al Hijo y al
espíritu Santo …
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.