Iniciamos la semana reflexionando en algunos valores que la Virgen hizo realidad en su vida:
Contemplación
Que equivale a estar siempre a la escucha de Dios, ser testigo de cada
acontecimiento, llevarlo al fondo del alma y descifrar allí lo que Dios nos quiere decir.
Disponibilidad
María no necesita agenda para sus días, ni mapas para sus caminos. Ella ante la necesidad responde. Orar es dejar que Dios haga cosas grandes dentro de nuestra pequeñez.
Alabanza
Rezar con María es repetir a cada paso su canto de acción de gracias a Dios, el “Magníficat”. Es aprender el oficio de cantor de las maravillas de Dios.
Servicio
Apenas el ángel de la Anunciación deja a María, corre ésta a la montaña en ayuda de su prima. Por eso, orar con María, es convertir la oración en servicio eficaz.
Fidelidad
María es Maestra de un estilo de vivir centrado en la fidelidad de Dios.
Este estilo de vida de María lo recoge el libro de los Hechos de los Apóstoles y la Primera Carta a a los Tesalonicenses. Escuchémoslo:
Lector 2:
“Todos ellos hacían constantemente oración en común con las mujeres, con María, la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Hermanos, procurad que nadie devuelva a otro mal por mal; tened siempre por meta el bien, tanto entre vosotros como para los demás. Estad siempre alegres. Orad sin cesar. Dad gracias a Dios en todo porque esto es lo que Dios quiere de todos vosotros".
(tiempo de silencio y oración)
Lector 1:
Pedimos a María nos enseñe a ser hombres y mujeres que vivamos desde los valores que Ella vivió. Le damos gracias porque con su vida nos ha enseñado que lo grande es posible para quien confía en la Palabra de Dios. Decimos juntos:
Dios te salve María llena eres de gracia, el Señor es contigo ...