18 de octubre de 2019

¡PONEOS EN CAMINO!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Lector:
Celebramos hoy la Fiesta de San Lucas, el evangelista. Leemos un fragmento del evangelio que se lee hoy en la Eucaristía de su fiesta:
Lector 2:
En aquel tiempo designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. (...) Y les decía: "La mies es abundante y los obreros pocos; rogad pues al dueño de la mies que mande obreros a su mies.¡Poneos en camino! (...)."
Palabra de Dios.

Lector: 
Reflexión: San Lucas, en su evangelio, recoge las palabras de Jesús de,  ponerse en camino. Él se ha puesto en camino y en su comunidad cristiana ha sido un evangelizador; en el libro de los Hechos de los Apóstoles se recoge que acompañó a San Pablo en alguno de los viajes en los que este iba a evangelizar. En estos viajes se dedicó a la enseñanza y a la predicación.
Lector 2:
En el lema del Domund de este año se nos habla de esto mismo.
"enviados a anunciar el Evangelio". Es la invitación que nos hace el evangelio de hoy, y es la invitación que también nos hace el Papa Francisco para esta jornada del Domund; ... una riqueza para dar, para comunicar, para anunciar; este es el sentido de la misión. Gratuitamente hemos recibido este don y gratuitamente lo compartimos.
Salir de nosotros mismos, salir de la propia comodidad, para, como los discípulos misioneros poner al servicio de los demás los propios talentos y nuestra creatividad y sabiduría. Es una salida que implica un envío y un destino.

¿A qué me invita a mi hoy la Palabra de Dios y la del Papa?
¿A qué me siento enviado?
¿Estoy dispuesto a sentirme enviado?
(pausa, tiempo de silencio y reflexión)
Lector:
No nos quedemos de brazos cruzados, confía en Dios y pídele fortaleza en tus decisiones. Rezamos juntos:
Señor, despiértame, llámame.       
Sácame de mi mundo.
Que no me invente más historias
para justificar que no me muevo,
que no reacciono.

Ponme en camino
hasta esas personas que me esperan,
porque sueñan con alguien
que pueda hablarles de Dios;


Señor, dímelo también a mi:
"Sal de tu tierra"
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en un principio ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén