Iniciamos hoy nuestro día recitando juntos el Salmo 16
Señor, escucha mi oración,
atiende a mis clamores,
presta oído a mi súplica,
que en mis labios no hay engaño.
y no vacilan mis pasos.
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío;
inclina el oído y escucha mis palabras.
Guárdame como a las niñas de tus ojos,
a la sombra de tus alas escóndeme.
Pero yo con mi apelación vengo a tu presencia,
y al despertar me saciaré de tu semblante.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo
como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos.
Amén
Vamos repitiendo expontaneamente alguno de los versos del Salmo