4 de junio de 2020

AMAS A TODOS LOS SERES SEÑOR

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

“Por la palabra del Señor fueron hechos los cielos”; se lee en el Libro de la Sabiduría. Éste recoge la experiencia religiosa de cómo el universo no surgió como resultado de una omnipotencia arbitraria, de una demostración de fuerza o de un deseo de autoafirmación, sino que el universo, la creación es del orden del amor. 
El amor de Dios es el móvil fundamental de todo lo creado: “Amas a todos los seres y no aborreces nada de lo que hiciste …” 
Recoge como toda criatura es objeto de la ternura del Padre, que le da un lugar en el mundo.

Si reconocemos el valor y la fragilidad de la naturaleza, y al mismo tiempo las capacidades que el creador nos otorga, nos permite terminar con el mito
moderno del progreso material sin límites. Un mundo frágil, con un ser humano a quien Dios le confía su cuidado, interpela nuestra inteligencia para reconocer como deberíamos orientar, cultivar y limitar nuestro poder.
    (TIEMPO DE SILENCIO PARA RELEER LO QUE ACABO DE ESCUCHAR)

La fe nos permite interpelar el sentido y la belleza misteriosa de lo que acontece. La libertad humana puede hacer su aporte inteligente hacia una evolución positiva, pero también puede agregar nuevos males, nuevas causas de sufrimiento y verdaderos retrocesos. Por eso la acción de la Iglesia no sólo intenta recordar el deber de cuidar la naturaleza, sino que al mismo tiempo debe proteger sobre todo al hombre contra la destrucción de sí mismo.


Reflexionamos en como utilizamos nuestra libertad y nuestra inteligencia al cuidado de la naturaleza, al cuidado, del mundo, al cuidado de nosotros. 
SILENCIO


Pidamos un mundo más justo y equitativo para humanos y no humanos y esperemos ilusionados en que los hombres sabremos hacer de este mundo una casa en donde todos nos sintamos bien. Decimos juntos: Padre nuestro que estás en el cielo ... .
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo ...