En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Jesús, quiero buscar tu rostro en los acontecimientos de mi vida, quiero encontrarte en lo que veo y en lo que mis ojos no llegan a ver, en lo que entiendo o dudo desde la razón, en lo que se mueve en mi corazón.
Jesús, tu rostro a veces se me ha difuminado, no he distinguido tu expresión, es como una nube que a veces te envuelve y cubre el camino entre tú y yo.
¿Habrá sido esa nube lo profundo de mi corazón que no te llega a alcanzar?
¿Será que se me empaña el alma, cuando no te encuentro tal y como yo te quiero encontrar?
Espero pacientemente que esa nube pase y me deje descubrirte en lo profundo. Tu figura borrosa me dice que estás detrás, esperándome, atento a mis pasos, mirándome sin que te vea.
Sé que Tu rostro se va aclarando a medida que mi corazón se abre a Ti.
Te encuentro dentro de mí. Te encuentro en mi vida y en el acontecer diario.
Te encuentro en las personas que caminan a mi lado, en aquellas que son parte de mi y también desean hallarte.
Tú no te escondes a nuestros ojos, tan solo nos haces ver que más allá de lo que vemos, está tu mano de Padre y Amigo.
Tus brazos abiertos me acogen tal cual soy, con mi grandeza y pequeñez.
Deseo contar contigo siempre... siempre contigo, Jesús.
Hoy te confío mis preocupaciones; te pido para que nos libres de esta pandemia que estamos viviendo. Es difícil verte en este momento de tanto sufrimiento. Te lo pedimos juntos:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;
venga a nosotros, tu Reino;
hágase tu voluntad en la Tierra como en el cielo ....