1 de febrero de 2021

 En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Jesús, quiero buscar tu rostro en los acontecimientos de mi vida, quiero encontrarte en lo que veo y en lo que mis ojos no llegan a ver, en lo que entiendo o dudo desde la razón, en lo que se mueve en mi corazón.

Jesús, tu rostro a veces se me ha difuminado, no he distinguido tu expresión, es como una nube que a veces te envuelve y cubre el camino entre tú y yo.

¿Habrá sido esa nube lo profundo de mi corazón que no te llega a alcanzar?

¿Será que se me empaña el alma,  cuando no te encuentro tal y como yo te quiero encontrar?

Espero pacientemente que esa nube pase y me deje descubrirte en lo profundo. Tu figura borrosa me dice que estás detrás, esperándome, atento a mis pasos, mirándome sin que te vea.

Sé que Tu rostro se va aclarando a medida que mi corazón se abre a Ti.

Te encuentro dentro de mí. Te encuentro en mi vida y en el acontecer diario.

Te encuentro en las personas que caminan a mi lado, en aquellas que son parte de mi y también desean hallarte.

Tú no te escondes a nuestros ojos, tan solo nos haces ver que más allá de lo que vemos, está tu mano de Padre y Amigo.

Tus brazos abiertos me acogen tal cual soy, con mi grandeza y pequeñez.

Deseo contar contigo siempre... siempre contigo, Jesús.

Hoy te confío mis preocupaciones; te pido para que nos libres de esta pandemia que estamos viviendo. Es difícil verte en este momento de tanto sufrimiento. Te lo pedimos juntos: 

Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre;

venga a nosotros, tu Reino;

hágase tu voluntad en la Tierra como en el cielo ....