Francisca Pérez Morgado, a los 17 años siendo alumna del colegio de Sanlúcar de Barrameda decide seguir las huellas de las que son sus profesoras, ingresa como religiosa en la congregación. Conservamos una carta que le dirige el Padre Faustino en este momento: “… convengo en que desde ahora te llames PASTORA, por ser la primera discípula de sus Hijas que entra para serlo, pero que honres este nombre. Si no has de ser santa, no te comprometas. O santa o reventar. …”
REFLEXIÓN:
¿qué significa ser PASTORA?
Piensa en hechos concretos con los que va a honrar el nombre que a partir de ahora ha recibido.
¿qué significa en la iglesia cambiar el nombre? –si no lo podéis aclarar, consúltalo con tu profesor/a de religión-
Si no has de ser santa, no te comprometas ….. ¿qué sentimientos te produce?
(SILENCIO)
Por tanto, la primera alumna de las Hijas de la Divina Pastora que es religiosa es Pastora Pérez. En las crónicas de la casa de Chipiona, que es en donde fallece, se recoge de ella lo que sigue “sencilla, humilde, entregada sin límites a las niñas más pobres, a las humildes. Cuando ha perdido casi por completo la vista, aún tiene grandes anhelos de hacer algo en beneficio de aquellos niños a quienes tanto amaba y preparaba para la Primera Comunión y como puede les enseña con paciencia. ¡Y qué bien trabajó nuestra querida Hermana!.
No sobresalió en grandes cosas, pero sí en la virtud más hermosa: la caridad; a la que acompañaba la sencillez de espíritu”.
Pedimos al Señor para que envíe nuevas vocaciones a esta Institución que nos acoge como alumnos:
Señor Jesús, Buen pastor,
que diste la vida por todos,
fijaste tu mirada en la oveja perdida
y elegiste colaboradores
para la extensión de tu reino.
Sigue mirando y llamando hoy
a niños y jóvenes para que,
dispuestos a escucharte,
sigan tu voz.
Danos nuevas vocaciones que
se consagren a ti en el Instituto Calasancio
y hagan presente tu mensaje de Amor
en nuestro mundo.
Por mediación de María, Divina Pastora, y
del beato Faustino Míguez,
te confiamos nuestra vida y oración.
Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre ...
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo ....