Reflexión:
Contemplar es mirar con detenimiento y admiración. Con el deseo de comprender, haciendo silencio, escuchando con los ojos y con el corazón.
María miraba y se dejaba mirar.
El Dios que nos mira es el misterio que nos habita, nos reconcilia con nosotros mismos y nos impulsa a llegar a ser en plenitud. María supo incorporar esta mirada a su vida.
(hacemos silencio y pensamos en como es nuestra mirada hacia dentro de nosotros mismos. Sentimos la mirada de Dios sobre nosotros que nos habita?)
Recitamos juntos:
María, tú eres la mujer de la mirada
compasiva, tierna, atenta.
Tú nos mostraste como vivir
con una mística de ojos abiertos.
Abiertos a la realidad, al dolor
y las lágrimas; al gozo y la alegría.
Al Dios que nos habita
y reconforta interiormente
Préstanos tus ojos, para mirar
y contemplar como tú lo hacías.
Te pedimos María nos enseñes a mirarnos con ojos limpios y mirar a nuestro alrededor con ojos que van más allá de las apariencias: Dios te salve María, llena eres de gracia el Señor es contigo ...
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo ....