Celebramos hoy a un santo que en muchas de nuestras parroquias tanto de la ciudad como de los pueblos es venerado por multitud de devotos.
Blas de Sebaste, venerado como san Blas, fue un médico, obispo de Sebaste en Armenia (actual Turquía), y mártir cristiano. Hizo vida eremítica en una cueva en el bosque del monte Argeus, que convirtió en su sede episcopal. Fue torturado y ejecutado en la época del emperador romano Licinio, durante las persecuciones a los cristianos de principios del siglo IV.
Se lo considera patrono de los enfermos de garganta , y de los otorrinolaringólogos. También es patrono de la República del Paraguay, de numerosas localidades españolas, y de Dubrovnik (Croacia). En esta ciudad, su festividad es emblemática y se incorporó en 2009 en la lista del patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.
Según la tradición, Blas de Sebaste era conocido por su don de curación milagrosa, que aplicaba tanto a personas como a animales. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al clavársele en la garganta una espina de pescado. Este sería el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta el 3 de febrero.
Unamos nuestras voces al unísono diciendo: "por tu martirio, líbranos de enfermedades".
Pidamos con devoción a Dios que nos libre de enfermedades, tanto del cuerpo como de nuestro interior, le decimos juntos:
Noso Pai que estás no Ceo,
veña o teu Reino,
fágase a túa vontade aquí na terra coma no Ceo.
Danos hoxe o noso pan de cada día;
perdoa as nosas ofensas
como tamén perdoamos nós
a quen nos ten ofendido;
e non nos deixes caer na tentación
mais líbranos do mal.