Nos preparamos:
Haz un momento de silencio.
Ponte en una postura cómoda y respira hondo para estar en paz por dentro.
Un niño misionero es generoso y ayuda siempre a los demás.
Jesús, enséñame a ser grande para saber dar,
y grande para saber recibir.
Enséñame a compartir.
Jesús, quiero aprender de ti
a servir y a ayudar a todos.
Desde aquí quiero ser tu misionero.