Haz un momento de silencio. Ponte en una postura cómoda y respira hondo para estar en paz por dentro.
Oramos
Señor, te pido que seas dueño de mi boca para no mentir nunca y decir siempre la verdad.
Señor, te pido que seas dueño de mis oídos para no escuchar nunca lo malo y siempre escuchar cosas buenas.