Nos preparamos: Haz un momento de silencio. Ponte en una postura cómoda y respira hondo para estar en paz por dentro.
Hay alguien, Jesús, que nos ha dado su receta de la felicidad, de una felicidad que es solidaria y eterna, una felicidad que se basa en el amor, una felicidad que nos ayuda a superar los baches de cada día y una felicidad que se abre al mundo entero. Y, lo que es más importante, una felicidad libre y para cada momento de nuestra vida.
Gracias, Jesús.
Señor, hoy me siento feliz.
Me siento feliz porque Tú me has regalado la vida.
Me siento feliz por este nuevo día.
Me siento feliz por los compañeros que tengo.
Me siento feliz por los padres que me has dado.
Me siento feliz porque me creaste con amor.
Me siento feliz porque puedo ayudar
a que otros niños puedan ser un poco más feliz.
GRACIAS, SEÑOR.
Rezamos juntos:
Aquí estoy Padre Dios....
Nos despedimos:
Madre Divina Pastora, ruega por nosotros..
San Faustino , ruega por nosotros…
Beata Victoria, ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén