Haz un momento de silencio. Ponte en una postura cómoda y respira hondo para estar en paz por dentro. Dios está aquí, contigo.
El Señor te está buscando, quiere hablar contigo, quiere decirte lo mucho que te quiere. El domingo recordaremos a Jesús como un Buen Pastor. ¡Así le llamaban sus amigos! ¿Por qué creéis que le llamaban “buen pastor”? (Dejamos que se expresen…)
Leemos en voz alta:
Señor Jesús, tú eres mi buen pastor. Quisiera dejarme cuidar por ti y escuchar tu voz cada día.
Rezamos juntos:
Aquí estoy Padre Dios....
Cantamos juntos:
Nos Despedimos:
Madre Divina Pastora, ruega por nosotros..
San Faustino , ruega por nosotros… Beata Victoria, ruega por nosotros. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.