Recitamos juntos:
Señor, Tú tienes una llamada para mí;
cuentas conmigo para una misión
y no esperas a que sea perfecto
para que eche a andar.
Por eso te busco en el silencio,
no para aislarme del mundo,
sino para descubrir en la oración
cómo quieres que sirva a mis hermanos.
Enséñame, Señor, a distinguir tu voz
en medio de tantos ruidos;
que no deje nunca de escucharte
ni de responderte con mi vida.
Haz que así muchos en toda la Tierra
nos convirtamos en protagonistas
de esa historia única de amor
que quieres escribir conmigo y con todos.
Señor: que, guiados por tu llamada
y acompañados por tu Iglesia,
nos dejemos ayudar por tu gracia,
que todo lo vence y transforma.
Amén.
cuentas conmigo para una misión
y no esperas a que sea perfecto
para que eche a andar.
Por eso te busco en el silencio,
no para aislarme del mundo,
sino para descubrir en la oración
cómo quieres que sirva a mis hermanos.
Enséñame, Señor, a distinguir tu voz
en medio de tantos ruidos;
que no deje nunca de escucharte
ni de responderte con mi vida.
Haz que así muchos en toda la Tierra
nos convirtamos en protagonistas
de esa historia única de amor
que quieres escribir conmigo y con todos.
Señor: que, guiados por tu llamada
y acompañados por tu Iglesia,
nos dejemos ayudar por tu gracia,
que todo lo vence y transforma.
Amén.
(tiempo de silencio para releer en silencio la oración y quedarnos con la expresión que más nos identifica -se pueden compartir-)
Lector:
Pedimos a María, nuestra Madre del cielo nos ayude a dar cada día lo mejor de nosotros mismos. Decimos: Dios te salve María, llena eres de gracia ....
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo....
Enséñame, Señor, a distinguir tu voz
en medio de tantos ruidos.
en medio de tantos ruidos.