recitamos juntos:
Lector 1.
Del Evangelio de Mateo
(podemos escucharlo o leerlo) PINCHA PARA ESCUCHAR
REFLEXIÓN:
Estas palabras de Jesús, que escuchamos, ¿cómo pueden ayudarnos a ser un lugar de descanso para nuestras vidas?
Lector Pedimos a Jesús sintamos el alivio de que nos ayuda en nuestros problemas, recitamos juntos:
Concédenos tu ayuda, Señor, para que el mundo progrese, según tus designios; gocen las naciones de una paz estable y tu Iglesia se alegre de poder servirte con una entrega confiada y pacífica.
Del Evangelio de Mateo
(podemos escucharlo o leerlo) PINCHA PARA ESCUCHAR
En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te
bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»
bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»
REFLEXIÓN:
Estas palabras de Jesús, que escuchamos, ¿cómo pueden ayudarnos a ser un lugar de descanso para nuestras vidas?
(tiempo de reflexión y silencio)
Noso Pai que estás no ceo:
santificado sexa o teu nome,
veña a nós o teu reino
e fágase a túa vontade
aquí na terra coma no ceo.
O noso pan de cada día dánolo hoxe;
e perdóanos as nosas ofensas
como tamén perdoamos nós a quen nos ten ofendido;
e non nos deixes caer na tentación,
mais líbranos do mal.
Amén.