Dios está aquí, contigo.
San Faustino tuvo una relación muy especial con María. Tan especial que puso bajo su protección la nueva Orden que acababa de fundar: “Hijas de la Divina Pastora”. Él siempre supo que en María tenía una madre que nunca le iba a abandonar y confiaba plenamente en ella, incluso en los momentos más difíciles de su vida.
Juntamos nuestras manos y rezamos:
“Divina Pastora y Madre, Virgen María
Mientras busco la senda tu eres mi guía
En tu templo yo mi historia comencé
Que eres madre yo lo supe desde niño
Me enseñaste, mi pastora,
que la fe y la esperanza,
y el amor, nos dan la vida.”
Cantamos juntos:
Nos Despedimos:
Madre Divina Pastora, ruega por nosotros..
San Faustino , ruega por nosotros…Beata Victoria, ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén