"Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados".
Reflexión:
Mateo no habla de personas que sufren hambre y sed físicas, falta de alimento y bebida, sino de personas que desean, buscan, anhelan la justicia con toda su alma. Tiene un empeño extraordinario en buscar y vivir la justicia, es decir, la voluntad de Dios, los planes salvíficos de Dios. En Mateo tenemos una transposición, un corrimiento: del plano
material, del hambre física, pasa al hambre y sed para designar el anhelo interior, un deseo fuerte.
material, del hambre física, pasa al hambre y sed para designar el anhelo interior, un deseo fuerte.
"Señor, da hambre de justicia a los que tienen pan".
Se podría resumir lo que quiere decir Mateo: "Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se os dará por añadidura".
En Mateo, pues, "hambre y sed" hay que entenderlas como metáfora, como imagen para expresar el deseo, el anhelo, la búsqueda de Dios.
(tiempo de silencio para la reflexión)
(tiempo de silencio para la reflexión)
Recitamos juntos:
"Señor, tú eres mi Dios, tú eres mi Señor, y nunca te vi.
Tú me has creado y renovado,
aun no te conozco.
Fui hecho, en fin, para verte,
y todavía no he hecho aquello para lo que fui hecho.
Entonces, Señor, ¿hasta cuándo?
¿Hasta cuándo te olvidarás de nosotros?
¿Hasta cuándo apartarás de nosotros tu rostro?
¿Cuándo nos mirarás y escucharás?
¿Cuándo llenarás de luz nuestros ojos y nos mostrarás tu rostro? ¿Cuándo te volverás a nosotros?
Míranos, Señor;
escúchanos, ilumínanos, muéstrate a nosotros.
Manifiéstanos de nuevo tu presencia para que nos vaya bien,
ya que sin ella nos va tan mal.
Ten piedad de nuestros trabajos y esfuerzos para llegar a ti,
porque sin ti nada podemos...
Enséñame a buscarte y
muéstrate a quien te busca: porque no puedo ir en busca a menos que tú me enseñes, y no puedo encontrarte si tú no te manifiestas. Que te busque deseando y te desee buscando; que te encuentre amando y te ame encontrándote". Amén