Empezábamos el lunes pasado con una invitación a despertarnos;
esta semana la invitación es a “ponernos en camino”. Ten la actitud del que
se pone a caminar cada mañana hacia a Dios, despertando su corazón adormilado,
llegando a los rincones en donde es Dios quien te mira, quien te espera. Sí, Dios
te está esperando; en el que sufre, en el que te necesita, en quien quiere
compartir contigo …
Párate y piensa que camino es el
que te conviene; qué equipaje tienes que meter en tu mochila para recorrerlo …
para llegar a la Navidad con el corazón más grande, con un espíritu
esperanzado.
( Hacemos silencio)
María, la Virgen, es para nosotros intercesora en nuestro
caminar hacia Dios; por eso, juntos le recitamos esta oración pidiéndole hagamos
realidad en nosotros lo que le confiamos:
María, Madre del sí,
tu ejemplo me admira.
Me admira porque arriesgaste tu vida;
me admira porque no miraste a tus intereses
sino a los del resto del mundo;
me admira y me das ejemplo de entrega a Dios.
Yo quisiera, Madre, tomar tu ejemplo,
y entregarme a la voluntad de Dios como tú.
Yo quisiera, Madre, seguir tus pasos,
y a través de ellos acercarme a tu Hijo.
Yo quisiera, Madre, tener tu generosidad y entrega
para no decir nunca «no» a Dios.
Yo quisiera, Madre tener tu amor
Madre del sí,
pide a tu Hijo por mí, para que me dé tu valentía.
Pide a tu Hijo por mí, para que me conceda
un corazón enamorado de él.
Pide a tu Hijo por mí, para que me dé
la gracia necesaria para entregarme y no fallarle nunca.
Amén
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo ....