31 de enero de 2020

FELICES LOS QUE TRABAJAN POR LA PAZ

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

"Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los hijos de Dios"


Lee la fila de la ventana:
Ojalá llegue un día en que todos los ejércitos del mundo no hagan falta, porque los países no quieren ya arreglar sus problemas luchando con armas
Lee la fila siguiente a la ventana:
Ojalá llegue el día en que nadie se atreva ya a quitar la vida a otro ser humano.
Lee la fila siguiente:
Ojalá entendiésemos de una vez que es mucho más barato... ¡pero mucho más barato! evitar una guerra que pagar sus muertes y sus destrozos.
Recitamos juntos:
Padre Dios, nosotros deseamos sembrar el mundo de paz.
Y, para conseguirlo, sabemos que tenemos que educarnos plantándola en cada corazón.
Enséñanos que perdonar es un signo de grandeza y que la venganza es una señal de bajeza.
                         (silencio, para releer lo anterior personalmente)
Recitamos juntos:
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
Donde haya odio, haz que yo lleve amor.
Donde haya ofensa, que yo lleve el perdón.
Donde haya discordia, que yo lleve la unión.

Lector 1:
A veces nos preguntamos, por qué se fabrican armas.

A veces también nos decimos por que hay gente que 
cultiva en su corazón el odio y no el amor.
Por eso le pedimos a Dios:
Todos:
Donde haya odio, Señor, haz que yo lleve amor.
Donde haya ofensa, que yo lleve el perdón

Donde haya discordia, que yo lleve la unión. 

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo ….