En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Piensa en un momento en situaciones de dolor que has visto.... en situaciones de dolor que pasan las personas ...
(silencio)
Lector 1:
En una oración pidiendo la paz el Papa Francisco nos dice:
"Y en estas circunstancias, me pregunto: ¿Es posible seguir el camino de la paz?
¿Podemos salir de esta espiral de dolor y de muerte?
¿Podemos aprender de nuevo a caminar por las sendas de la paz?
Invocando la ayuda de Dios, bajo la mirada materna de la Madre del cielo, Reina de la paz, quiero responder: Sí, es posible para todos.
Hoy me gustaría que desde todas las partes de la tierra gritásemos: Sí, es posible para todos. Más aún, quisiera que cada uno de nosotros, desde el más pequeño hasta el más
grande, incluidos aquellos que están llamados a gobernar las naciones, dijese: Sí, queremos.
grande, incluidos aquellos que están llamados a gobernar las naciones, dijese: Sí, queremos.
Lector 2:
Mi fe cristiana me lleva a mirar a la Cruz. ¡Cómo quisiera que por un momento todos los hombres y las mujeres de buena voluntad mirasen la Cruz! Allí se puede leer la respuesta de Dios: allí, a la violencia no se ha respondido con violencia, a la muerte no se ha respondido con el lenguaje de la muerte. En el silencio de la Cruz calla el fragor de las armas y habla el lenguaje de la reconciliación, del perdón, del diálogo, de la paz. Quisiera pedir al Señor, que nosotros cristianos y los hermanos de las otras religiones, todos los hombres y mujeres de buena voluntad gritasen con fuerza: ¡La violencia y la guerra nunca son el camino para la paz!
Lector 3:
Que cada uno mire dentro de su propia conciencia y escuche la palabra que dice: Sal de tus intereses que atrofian tu corazón, supera la indiferencia hacia el otro que hace insensible tu corazón, vence tus razones de muerte y ábrete al diálogo, a la reconciliación; mira el dolor de tu hermano, y no añadas más dolor, detén tu mano, reconstruye la armonía que se ha roto; y esto no con la confrontación, sino con el encuentro. ¡Que se acabe el sonido de las armas! La guerra significa siempre el fracaso de la paz, es siempre una derrota para la humanidad. Resuenen una vez más las palabras de Pablo VI: «Nunca más los unos contra los otros; jamás, nunca más… ¡Nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra!»
Únete a algún grito de los que nos dice el Papa... Pídele de corazón a Dios la Paz.
(silencio)
Recita la fila de la ventana:
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz!
Que allí donde haya odio, ponga yo amor;
donde haya ofensa, ponga yo perdón;
donde haya discordia, ponga yo unión;
donde haya error, ponga yo verdad;
donde haya duda, ponga yo fe;
donde haya desesperación, ponga yo esperanza;
donde haya tinieblas, ponga yo luz;
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Recita la fila siguiente:
¡Oh, Maestro!, que no busque yo tanto
ser consolado como consolar;
ser comprendido, como comprender;
ser amado, como amar.
Recita la fila siguiente:
Porque dando es como se recibe;
olvidando, como se encuentra;
perdonando, como se es perdonado;
muriendo, como se resucita a la vida eterna.
Recitamos juntos:
Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre ....
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo ...