Lector 1:
No nos es fácil manifestar nuestra fe en nuestros ambientes; son muchas las dudas que nos hacen plantearnos el tema y en muchos momentos podemos tener sensación de estar perseguidos por defenderla. Hoy todos los que nos consideramos pertenecientes a la familia calasancia recordamos a una mujer que ha dejado su colegio perseguida por su fe, hasta el punto que otros le han arrebatado la vida; por confesar, por decir, por no esconderse ... de que su Dios lo era todo para ella.
No nos es fácil manifestar nuestra fe en nuestros ambientes; son muchas las dudas que nos hacen plantearnos el tema y en muchos momentos podemos tener sensación de estar perseguidos por defenderla. Hoy todos los que nos consideramos pertenecientes a la familia calasancia recordamos a una mujer que ha dejado su colegio perseguida por su fe, hasta el punto que otros le han arrebatado la vida; por confesar, por decir, por no esconderse ... de que su Dios lo era todo para ella.
(hacemos silencio).
Esta, la protagonista de nuestra semana, se llama Madre Victoria Valverde. No es un nombre conocido, pero para nosotros si. Forma parte de "nuestra familia", vivió como religiosa calasancia hasta que la madrugada del 13 de enero de 1937 la fusilaron.
Os transcribo como una testigo narra la salida de esta mujer hacia la muerte: " el día 12 de enero, sobre las 8 de la tarde, noche fría de invierno, sentimos llamar muy fuerte a la puerta gritando, ¿está aquí la superiora de San Francisco?. Madre Victoria se estremeció y dijo: ¡Ya vienen por mi!. Abrimos la puerta; eran dos milicianos. Ella dijo: subiré por mis cosas, esperen un momento.
Yo la seguí y subí al cuarto con ella; la quería y admiraba muchísimo. Cogió el Rosario y el Crucifijo, se lo puso al pecho y se arrodilló para rezar. Yo le dije, Madre Victoria, déjeme el rosario; donde va, lo va a perder. Me lo dejó encima de la cama. Se oía gritar ¡qué baje pronto!. No me dijo palabra, envuelta en el chal, bajó silenciosa su figura diminuta. Se despidió de nosotras, la llevaron andando. Salí a la puerta y la vi partir, en la noche oscura y triste, escoltada por dos milicianos. Nos quedamos apenadísimas, seguras de lo que sucedería.
Al día siguiente, nos enteramos que la habían martirizado en la madrugada, juntamente con otras personas".
Madre Victoria, supo vencer el miedo porque el Amor a Dios la empujaba.
(silencio)
Lector 1:Reflexión:
¿Por qué cosas subió Madre Victoria para el "viaje" que le habían preparado?
¿Dónde toma Madre Victoria fuerzas para este "viaje"?
¿Cómo es su fe? ¿Y la tuya, en que se apoya?
(Tiempo de silencio y reflexión)
Lector 2:
Cuando el miedo llama a nuestra puerta es difícil hacerle frente y acogerle como parte de la vida.
El miedo nos paraliza, se apodera de nosotros hasta tal punto de bloquearnos la razón y obstaculizarnos el sentido común.
El miedo es una reacción lógica ante cualquier cosa que supone para nosotros un peligro, pero la valentía y el coraje también son elementos que están muy presentes dentro de nosotros.
Por eso, cuando tengas alguna situación por la cual sientas miedo o pánico recuerda que tu valentía siempre puede ser mayor. Son muchos los dones que tienes para poder enfrentar esos miedo que con frecuencia te visitan.
Sopla fuerte cuando brote en ti el miedo, no huyas... el miedo no se soluciona con la huida, se soluciona enfrentándolo.
Recuerda que Dios nunca nos abandona y, por encima de todo y de todos, siempre está ahí velando por nosotros.Decimos Juntos: Gracias Señor por tu presencia y cercanía con nosotros.
Señor, Padre nuestro,
Tú que concediste a Madre Victoria
la gracia de entregar su vida por Cristo
al servicio de la Iglesia en el Instituto Calasancio,
y la fortaleciste para permanecer
siempre fiel en su seguimiento
y aceptar generosamente la prueba del martirio,
ayúdanos en nuestra debilidad
para que también nosotros, como ella,
permanezcamos firmes en la fe
y dispuestos a entregar la vida por los demás.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo ...