Es posible que alguna vez nos hayamos encontrado perdidos en la vida, desorientados. Estamos en un momento personal difícil no sólo por el cambio, la búsqueda, el momento de tomar decisiones, de responsabilizarnos de
la propia existencia... sino porque lo que se nos ha añadido de como estamos viviendo esta situación de pandemia, que ya se nos hace larga.
Todo lo que nos pasa por la mente es importante; por eso ¿Es importante preguntarse por la propia vocación?
¿Cuánto "invertimos" de nuestra vida con el fin de hallarla? ¿Qué podemos hacer para buscar?
breve silencio
Del Evangelio de San Juan 1, 35-40:
Al día siguiente, Juan se encontraba de nuevo allí con dos de sus discípulos. Fijándose en Jesús que pasaba, dice: «He ahí el Cordero de Dios.» Los dos discípulos le oyeron hablar así y siguieron a Jesús. Jesús se volvió, y al ver que le seguían les dice: «¿Qué buscáis?» Ellos le respondieron: «Rabbí - que quiere decir, "Maestro" - ¿dónde vives?» Les respondió: «Venid y lo veréis.» Fueron, pues, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día.
Una misión para este día puede ser plantearnos: "¿Para qué estoy aquí?", y anotar en un cuaderno lo que surja de esa pregunta.
Oración: decimos juntos
Señor, dame luz para descubrir el camino de felicidad que has soñado para mi, y enséñame a ayudar a otros a descubrirlo. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén