En el día que celebramos la fiesta de San José de Calasanz, patrono de los maestros, queremos iniciarlo con una súplica por su intercesión, pedir al Padre que se acabe la pandemia y nos libre de las consecuencias que esta trae.
Iniciamos nuestra oración, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
En Italia, en tiempos de san José de Calasanz, año 1630, una epidemia dejó mucha destrucción. A continuación escuchamos un fragmento de una carta que escribe a los religiosos del colegio de Nápoles,
Deben hacer oración por las ciudades que padecen la peste y la guerra, porque, a pesar de todo, todos somos hermanos en Cristo, y es un acto de caridad. Pero esperar a hacer oración cuando la peste se va acercando, entonces se hace más por temor que por amor a Dios. Por eso, está bien rogar ahora por el remedio de aquellos que se encuentran en tan grandes peligros.
Calasanz nos anima a que la oración la hagamos por amor, porque nos sale de dentro no por miedo. Con esta actitud de amor a Dios y que sabemos que nos escucha le oramos:
Oramos por los responsables de los comités clínicos para que actúen con sabiduría y prudencia en sus decisiones y busquen siempre el bien común. TE LO CONFIAMOS SEÑOR
Oramos por los que están padeciendo la enfermedad del Covid-19, por los que han perdido un ser querido y por los que han perdido su empleo. TE LO CONFIAMOS SEÑOR
Oramos por los que están al cuidado directo de los enfermos y por los que velan por la seguridad de los ciudadanos. TE LO CONFIAMOS SEÑOR.
Oramos por los ciudadanos de nuestra ciudad para que seamos responsable del cuidado de uno mismo y de los demás. TE LO CONFIAMOS SEÑOR.
San José de Calasanz confiaba sus peticiones a la protección de la Madre del cielo, nosotros hacemos lo mismo. Nos unimos en la canción: