En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Nos preparamos para vivir este primer domingo de Cuaresma, leyendo unas palabras del evangelio:En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás; vivía entre alimañas, y los ángeles le servían.
Recárgate
El Espíritu es el que impulsa a Jesús al desierto; allí se le presentan los animales adversos (alimañas) e incluso ese misterioso personaje, sin rostro y sin identidad, Satanás; aunque también los ángeles que son, por el contrario, la fuerza de Dios, los que le servían, los que le daban fortaleza. 
Hoy, nosotros también nos sentimos empujados al desierto, que es nuestra soledad. Te invito en esta mañana a sentir como algo te empuja a entrar en tu interior y sentir las fuerzas interiores que brotan en ti.
... respiramos tranquilamente ... hacemos otra respiración ... y sentimos un momento de calma...
Cuaresma es un tiempo de entrar en comunicación más profunda conmigo mismo y también con Dios. Observemos el dibujo; desde el corazón de Jesús sale el cable que recarga tu móvil; que te recarga a ti.
breve pausa
Seamos móviles en las manos de Jesús: dejémonos recargar por Él en nuestros desiertos.
Este tiempo de Cuaresma, quedémonos con Jesús. Que lo inteligente en este tiempo sea ponernos en manos de Jesús y dejarle actuar en nosotros.
breve pausa
Recitamos juntos:
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador.
Recuerda, Señor, que tu ternura
y tu misericordia son eternas.
Acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes.