Haz un momento de silencio. Ponte en una postura cómoda y respira hondo para estar en paz por dentro.
Empezamos el viernes cantando y bailando, ¡arriba todo
el mundo!. ¡Es tiempo de cambiar!
Señor, sí quiero.
Quiero abandonar la rutina y ponerme en camino hacia Ti.
Tú eres el que delante de nosotros,
vas dejando tus huellas
para que te sigamos y te encontremos.
Gracias, Señor, porque sabemos por donde ir.
Gracias, Señor, porque no estamos solos.
Tú nos acompañas.
Gracias, Señor,
porque nos das a conocer la meta: tu vida.
Terminamos cantando juntos:
Nos Despedimos:
Madre Divina Pastora, ruega por nosotros..
San Faustino , ruega por nosotros…Beata Victoria, ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén