30 de marzo de 2020

JESÚS CARGA CON LA CRUZ

En el nombre del Padre, del Hijo del Espíritu Santo. Amén

En estos días muchas personas son nuestro auxilio, están a nuestro servicio. Su misión es llevar sus días pensando en los demás. Se desgastan y sacan lo mejor que llevan dentro, y las fuerzas que no tienen, para que otros estemos protegidos y al margen de los problemas que en primera línea está creando esta situación de pandemia. Muchos de ellos por vocación, por opción, por la llamada que sienten, por ... acogen esta cruz pesada.Su única meta es hacer el bien a esta sociedad.
También a Jesús lo persiguieron por hacer el bien, porque el Amor fue su norma de vida. 

Nos preparamos para reflexionar hoy dando un paso más hacia el misterio que celebramos los cristianos en la Semana Santa.
               (breve silencio)


           
JESÚS CARGA CON LA CRUZ
                      (breve silencio)
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
TODOS:  Por tu cruz redimiste al mundo.

Lectura del evangelio de san Juan:
"Él, llevando a cuestas su cruz, salió para un lugar que llaman la calavera (en arameo Gólgota)".

Lector 1.
Reflexión: Jesús aguanta el peso de los que sufren, soporta el dolor que le presentamos ... nunca nos deja solos cuando le expresamos nuestros sufrimientos. Y tú ¿cómo sientes el dolor del que sufre a tu lado?
¿le acompañas en el camino?,
¿le ayudas a llevar su cruz? ...
¿contribuyes a que le sea aún más pesada?...
¿qué haces para aliviar el dolor del cercano?...
... presentas tus sufrimientos a Jesús cada día.

No olvides: "nunca nos deja solos al presentarle nuestros sufrimientos"


Oramos:
Gracias Señor, por recibir nuestros dolores, por estar ahí cuando te necesito, por ayudarme cada día en mi vida.
También te doy gracias por las personas que pones cada día a mi lado, en mi camino y me ayudan a llevar mi cruz.
En esta jornada marcada por el dolor de tantas personas, no puedo más que mirar a la Madre del cielo y decirle:
Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza.

Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.

Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros que proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección.

Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas que estamos en la prueba y libéranos de todo pecado, o Virgen gloriosa y bendita”.


 Gloria al Padre, al Hijo ya al Espíritu Santo ...