26 de marzo de 2020

JESUS ES CONDENADO

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
La primera estación del "Vía Crucis" de Jesús, es decir, del camino de la cruz es su condena a muerte.
Jesús es condenado a muerte. Hoy somos frágiles; estamos expuestos a virus, a enfermedades de una manera mucho más elevada a como estábamos acostumbrados. Esta es la condena de nuestra limitación y debilidad humana, es un hacernos caer en la cuenta, con lo que estamos viviendo, que no somos dioses, que necesitamos pararnos y pensar en lo que es fundamental para nuestra vida humana. Hoy valoramos la salud y vida por encima de todo.
Me detengo a dar gracias a Dios porque me enseña a hacerme consciente de esto a poner en el lugar de Él al padecer ser condenado a dar gracias a Dios porque sigo vivo, por las personas que protegen mi vida.
Pienso en los enfermos, en los que se sienten condenados ya bien porque se sienten que su muerte está próxima, el estar abandonados y despreciados de los demás. Pienso también en las personas que están en estos momentos expuestos a morir por las tareas que están realizando tratando se salvar las vidas de los demás.
Por todas estas personas pedimos a Dios: 
Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu Reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy 
nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal. Amén.