11 de marzo de 2020

LA MISERICORDIA A LA QUE SOMOS LLAMADOS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Lector 1
“La misericordia a la cual somos llamados abraza a toda la creación, que Dios nos ha confiado para ser cuidadores y no explotadores, o peor todavía, destructores”. (Papa Francisco)

Lector 2
¿En qué medida eres cuidadosa o cuidadoso con la naturaleza?
¿Qué actitudes tienes que cambiar en ti para que te consideres misericordioso con lo que te rodea?
Da gracias a Dios por la creación. Da gracias a Dios por ti. Por cada uno de los miembros de tu familia. Da gracias a Dios por los seres creados que no te son simpáticos.
                             (tiempo de silencio y oración)
Lector 1
Recitamos a María juntos:

 Divina Pastora, Madre mía,

    yo hija/o  tuya/o me ofrezco a ti
y te consagro para siempre
todo lo que me queda de vida.
Mi cuerpo con todas sus miserias,
mi alma con todas sus flaquezas,
mi corazón con todos sus afectos y deseos.

Todas mis oraciones, trabajos, amores,
sufrimientos y combates;
en especial mi muerte con todo lo que le acompañe,
mis últimos dolores y mi última agonía.

Madre, acuérdate de esta/e  tu hija/o
y de la consagración que te hace.

Y si yo, vencida/o por el desaliento y la tristeza,
llegara alguna vez a olvidarme de ti,
te pido por el amor que tienes a Jesús
me protejas como hija/o tuya/o
hasta que esté contigo en el cielo. Amén
Madre Divina Pastora, ruega por nosotros