10 de mayo de 2021

MARIA, ALMA DE LA IGLESIA NACIENTE

Sea María en nuestros hogares una figura central estos días que ya estamos muy cerca del gran día, el trece de mayo.
Nuestras flores a María sean Ave-Marías recitadas desde el corazón, nuestros paseos sean en el entorno del santuario, Ella allí sigue esperándonos; nuestra ofrenda sea una mirada, una oración, un Ave-María ...
En este día en que en el Santuario es un peregrinar constante de personas a rezar a María, unámonos en esta mañana rezando por las intenciones de los que no se atreven a pedirle y  por los que han fallecido a lo largo de este último año que les hubiese gustado hacer sus propias ofrendas a Nuestra Señora de Fátima.
Recitamos juntos: 

Santísima Virgen de Fátima,
tesorera de los bienes del cielo y
refugio de los que te invocamos.

A tu corazón maternal recurrimos
con fe, esperanza y amor
y te pedimos por los difuntos,
para que estén gozando de la presencia de Dios y
por los que estamos viviendo, su duelo, sintamos consuelo.

Con la confianza que me inspiran los prodigios que realizas,
te dirijo mis ruegos a tu Corazón Inmaculado,
estando seguro/a que al oír mis súplicas,
me concedes lo que te pido,
si es para mayor honor de Dios 
y provecho de mi vida. Amén

Compromiso para hoy: hago mi ofrenda a María: tomo un tiempo de mis recuerdos de participar en las novenas de años anteriores y hablo de ello en familia, rezo diez Ave-Marías (un misterio del rosario, ¡qué bonito si lo hago con otra persona!),  visito el Santuario, ...