Sea María en nuestros hogares una figura central estos días que ya estamos muy cerca del gran día, el trece de mayo.
Nuestras flores a María sean Ave-Marías recitadas desde el corazón, nuestros paseos sean en el entorno del santuario, Ella allí sigue esperándonos; nuestra ofrenda sea una mirada, una oración, un Ave-María ...
En este día en que en el Santuario es un peregrinar constante de personas a rezar a María, unámonos en esta mañana rezando por las intenciones de los que no se atreven a pedirle y por los que han fallecido a lo largo de este último año que les hubiese gustado hacer sus propias ofrendas a Nuestra Señora de Fátima.
Recitamos juntos:
Santísima Virgen de Fátima,
tesorera de los bienes del cielo y
refugio de los que te invocamos.
A tu corazón maternal recurrimos
con fe, esperanza y amor
y te pedimos por los difuntos,
para que estén gozando de la presencia de Dios y
por los que estamos viviendo, su duelo, sintamos consuelo.
Con la confianza que me inspiran los prodigios que realizas,
te dirijo mis ruegos a tu Corazón Inmaculado,
estando seguro/a que al oír mis súplicas,
me concedes lo que te pido,
si es para mayor honor de Dios
y provecho de mi vida. Amén
Compromiso para hoy: hago mi ofrenda a María: tomo un tiempo de mis recuerdos de participar en las novenas de años anteriores y hablo de ello en familia, rezo diez Ave-Marías (un misterio del rosario, ¡qué bonito si lo hago con otra persona!), visito el Santuario, ...