«Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios».
En la dramática situación actual,
llena de sufrimientos y angustias que oprimen a nuestro entorno y al mundo entero, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y buscamos en ti refugio.
Recitamos juntos la oración a la Virgen:
Oh Virgen María, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos en esta pandemia,
y consuela a los que se encuentran confundidos y lloran en la enfermedad y pérdida de sus seres queridos.
Sostiene a aquellos que están angustiados porque, para evitar el contagio,
no pueden estar cerca de las personas enfermas.
Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto y de las consecuencias en la economía y en el trabajo.
Madre de Dios y Madre nuestra, pide a Jesús, como hiciste en Caná,
Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto y de las consecuencias en la economía y en el trabajo.
Madre de Dios y Madre nuestra, pide a Jesús, como hiciste en Caná,
que esta dura prueba termine y
que volvamos a encontrar un horizonte de esperanza y de paz.
Ilumina las mentes de los hombres y mujeres de ciencia, para que encuentren las soluciones adecuadas a este mal que nos aplasta.
Oh María, Consuelo de los afligidos,
Ilumina las mentes de los hombres y mujeres de ciencia, para que encuentren las soluciones adecuadas a este mal que nos aplasta.
Oh María, Consuelo de los afligidos,
abraza a todos tus hijos que estamos sufriendo,
haz que Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y
que la vida pueda reanudar su curso normal con serenidad.
Nos encomendamos a Ti,
haz que Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y
que la vida pueda reanudar su curso normal con serenidad.
Nos encomendamos a Ti,
que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
Ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén